En el lugar de Outeiro de la Villa, en la parroquia de Catoira, se esconde un paisaje de singular belleza. Desde el mirador de los Molinos de Viento de Catoira se puede vislumbrar la esquina de Piedras Menudas, pero es lo se situar a su nivel, al lado del agua, cuando la inmensidad de esta laguna impresiona al visitante. Y si a primera vista ya sorprende, el estupor se convierte en admiración cuando se reflexiona sobre el origen de este acuífero. La Laguna Piedras Menudas se formó sobre la taza vacía de una antigua cantera, convirtiéndose en un excelente ejemplo de la capacidad de regeneración de la naturaleza. El Concello y los vecinos lucharon durante años para paralizar la cantera y conseguir la protección ambiental para la laguna, que alberga agua de una excelente calidad, procedente de los manantiales enterrados. Así, en 2008 Piedras Menudas fue declarado Espacio Natural de Interés Local (ENIL).
A La laguna se accede desde la carretera PO-548, en un desvío a la izquierda (dirección Vilagarcía) hacia PO-191, a la altura del puente del tren de alta velocidad.
En el año 2015 el Ministerio de Fomento ejecutó un proyecto de adecuación del espacio natural, como compensación por las obras del Tren de Alta Velocidad. Se construyó un edificio destinado el aula medioambiental, una amplia zona de aparcamiento y un área de esparcimiento, en la que se plantaron especies vegetales autóctonas, y se dotó de senderos y pasarelas peatonales.